Victoria muy trabajada del Real Madrid ante un Atleti que impuso su ley en la primera parte (1-0). Zidane tuvo que mover el dibujo, dando entrada a Vinicus y Lucas Vázquez. Y a los blancos les sentó fenomenal, abriendo el campo para que el Atleti dejase espacios entre líneas. En esas aparecieron Mendy y Benzema, que dieron la victoria al Madrid con una fantástica jugada colectiva.
Y eso que los rojiblancos llevaron el partido a su terreno desde el primer minuto. Aprovechó el Cholo la falta de fluidez del Madrid con una presión adelantada. Dio entrada a Llorente, y bien le valió, pues el canterano madridista estuvo siempre mejor posicionado en el rechace.
Vitolo y Morata, encargados de entorpecer la salida de balón, fueron como un dolor de muelas para Ramos y Varane. Sobre todo, el delantero madrileño, que bregó contra viento y marea para abrir sendero a la segunda línea.
Pero fue Correa el que tuvo que mostrarse, primero con un disparo que repelió el poste izquierdo de la puerta de Courtois. Más adelante, erraría otro mano a mano, aunque el colegiado señaló fuera de juego.
A Zidane no le gustaba lo que veía, y no tardó en menear el árbol. En el mismo descanso, dio entrada a Vinicius y Lucas Vázquez, sustituyendo a un pobre Isco y a un Kroos que debía dejar paso a los extremos. Abrió el campo el Real Madrid, y a los colchoneros se les vieron las costuras. Tuvo que ceder espacios el Atleti, obligado a defender a un Madrid que buscó más las bandas.
Y en esas apareció Mendy, habilitado por un gran pase de Vinicius. El centro del francés fue todavía mejor, para que Benzema rematase de primeras, culminando una gran jugada colectiva.
Se acabó Morata, se acabó el Atleti
Con un panorama totalmente distinto al de la primera parte, el Cholo decide dar salida a Morata. El madrileño no estaba muy convencido, pero el argentino no quiso jugársela con las molestias del único delantero sano de la plantilla. Eso perjudicó al Atleti, que dejó de incomodar a los blancos en la salida de balón. Si acaso con la entrada de Carrasco, que más allá de un par de destellos, no tuvo un regreso soñado.
Una vez el Madrid tomó el pulso al partido, no soltó el timón en ningún momento. La posesión se convirtió en la mejor defensa, y la profundidad, la mejor forma de alejar la línea rojiblanca del área de Courtois. Entre ellos destacó Valverde, que puso a disposición del equipo un despliegue que ya no esnovedad en un Real Madrid que continua siendo líder.