Hace diez años, Kobe Bryant vivía exultante la celebración del título de la NBA. En la madrugada era homenajeado junto con su hija Gianna por los Lakers con un nuevo anillo de campeones. El 17º, en una temporada marcada por la burbuja que se ha tenido que hacer a World Disney de Orlando para evitar contagios y donde la NBA, una vez más, ha sido un ejemplo de organización durante tres meses. Ha sido también un campeonato marcado por las reivindicaciones sociales por la denuncia de las agresiones raciales en Estados Unidos. Ha sido, deportivamente hablando, un año marcado por el rey.
Para LeBron James, que ha vuelto a demostrar a sus 35 años su ambición para devolver la franquicia estadounidense allí donde le corresponde. En el sexto y definitivo partido de la serie, el de Akron volvió a firmar un nuevo triple-doble (28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias) y, a su lado, aquel jugador que iba a casa de LeBron cuando era joven para mejorar, Anthony Davis -19 puntos y 15 rebotes-, se ha consolidado y ha olvidado las lesiones y sus cursos irregulares para ser el MVP en la sombra. Todo ello en una final donde los Heat han sacado el orgullo y el carácter para superar todas las adversidades tras haber pasado fase tres veces a pesar de tener un peor balance en la liga regular que sus adversarios. Ha sido gracias al liderazgo de un Butler desbocado, un heroico Dragic que quiso jugar a pesar del fuerte dolor en la fascia plantar, la reivindicación de Adebayo o la energía joven de Duncan Robinson, Tyler Herro y Kendrick Nunn.
Los Heat, sin embargo, ya llegaron sin fuerzas al sexto partido, en el descanso del que ya estaba todo sentenciado (64-36). se ha consolidado y ha olvidado las lesiones y sus cursos irregulares para ser el MVP en la sombra. Todo ello en una final donde los Heat han sacado el orgullo y el carácter para superar todas las adversidades tras haber pasado fase tres veces a pesar de tener un peor balance en la liga regular que sus adversarios. Ha sido gracias al liderazgo de un Butler desbocado, un heroico Dragic que quiso jugar a pesar del fuerte dolor en la fascia plantar, la reivindicación de Adebayo o la energía joven de Duncan Robinson, Tyler Herro y Kendrick Nunn. Todo ello en una final donde los Heat han sacado el orgullo y el carácter para superar todas las adversidades tras haber pasado fase tres veces a pesar de tener un peor balance en la liga regular que sus adversarios. Ha sido gracias al liderazgo de un Butler desbocado, un heroico Dragic que quiso jugar a pesar del fuerte dolor en la fascia plantar, la reivindicación de Adebayo o la energía joven de Duncan Robinson, Tyler Herro y Kendrick Nunn.