Tercer partido de Champions y tercera victoria azulgrana. Esta, sin embargo, no tiene nada que ver con las conseguidas de manera brillante contra el Ferencváros y la Juventus. El partido jugado contra un Dinamo de Kiev en cuadro por las bajas que acumulaba el equipo de Mircea Lucescu por coronavirus lo ganó el Barça pero el podría haber perdido perfectamente. Si lo ganó, fue por la brillante actuación de Ter Stegen en su regreso al equipo. Hasta cinco goles claros evitó el alemán en un partido muy preocupante de los de Ronald Koeman en defensa.
Y eso que el primer cuarto de hora había sido una continuidad del partido de Turín y de la segunda parte de Vitoria. Mucha presión azulgrana, recuperaciones constantes, generación de oportunidades sin parar y falta de puntería alarmante. Hasta cinco oportunidades claras de gol tuvieron los de Koeman en el primer tramo de partido. Y sólo en convirtieron una, y de penalti. A los cinco minutos Messi marcó su cuarto gol de la temporada, su cuarto penal, tres en la liga de campeones. Uno le han pitado a favor al Barça en cada partido este curso en Europa. Poco premio para tantas oportunidades creadas, la mayoría por la banda izquierda, la de Jordi Alba, la de Ansu Fati. Grave fue la que falló Griezmann tras una jugada del de Bissau, rematando en el lateral de la red cuando tenía toda la portería para él. Mala suerte fue la de Pedri, que culminó un buen centro de Sergines Dest con un remate que tocó el larguero y botó sobre la línea de gol. Las otras, de Messi y Ansu, las resolvió bien Neshcheret. Mucho mérito del portero ucraniano, de sólo 18 años, que jugaba su segundo partido con el primer equipo después de que los dos de la primera plantilla se hayan infectado de la Covid-19.
El virus había dejado muy tocado al equipo de Lucescu, que viajó a Barcelona con sólo trece jugadores del primer equipo, el límite permitido por la UEFA. Los ucranianos, sin embargo, crecieron tras el primer cuarto de hora. Se durmió el Barça. Como el Guadiana, desapareció durante veinte minutos y dejó que el Dinamo de Kiev saliera de su campo, y estuvo a punto de empatar en el minuto 35 con un cabezazo de Buyalskiy que detuvo Ter Stegen con una mano espectacular . Fue la tarjeta de regreso del alemán, que ayer mismo recibió el alta médica y ya volvía a la titularidad.
Tras una tímida reacción azulgrana en los minutos finales de la primera parte, Ter Stegen volvió a hacerse grande en el primer minuto de la segunda para evitar el gol de Tsygankov. Y segundos después, gol anulado a los ucranianos gracias a que el lanzamiento de esquina había salido.
Estaba obligado al Barça a ponerse serio, a reaccionar, a volver a ser el equipo del primer cuarto de hora de partido. Si no lo hacía, podría tener un disgusto, pero tuvo que volver a aparecer Ter Stegen para salvar el gol del Dinamo por tercera vez con un mano a mano con Supryaha, demostrando que ha vuelto en un gran estado de forma, que los dos meses y medio de baja no la han afectado. Era día de porteros, porque en la otra área Neshcheret evitaba el segundo de Messi en un buen lanzamiento de falta del argentino.
No reaccionaba el equipo desde el juego y lo hizo Koeman desde el banquillo. Dembélé por un decepcionante Griezmann y Sergi Roberto por Pjanic. El de Reus jugaría la última media hora en el centro del campo, por la derecha, para ayudar Dest con la potencia y velocidad de Gerson Rodrigues, generador de prácticamente todas las oportunidades del Dinamo. Precisamente Sergi Roberto tuvo el segundo de cabeza, pero lo impidió de nuevo el joven portero ucraniano, que ni en sueños hubiera podido pensar que tendría un debut europeo tan espectacular.
La tranquilidad azulgrana pareció llegar en la jugada siguiente, con el segundo gol, de cabeza, de Piqué, pero nada más lejos de la realidad. Ter Stegen tenía que volver a salvar el gol por cuarta vez antes que Koeman dijera basta. Los jugadores del Dinamo ganaban la espalda de los centrales del Barça con facilidad. De Jong estaba fuera de posición y sólo el portero alemán sostenía el equipo. Lenglet, reservado por unas molestias, tuvo que salir, aunque un minuto después por fin marcaba el Dinamo un gol que había merecido durante toda la segunda parte.
El Barça salvó la victoria, pero su partido fue preocupante. Sólo Ter Stegen brilló.