El 2020 tampoco será el año del Atlético en Lisboa. En la misma ciudad donde ya perdió una final de Champions contra el Madrid, esta vez su verdugo fue un Leipzig que fue mucho mejor durante muchas fases del juego y que con un gol agónico envió el equipo de Simeone a la cuneta.
Mucho más incisivo en sus movimientos, con la valentía que siempre desprende su entrenador, el Leipzig no rehuyó el rol de protagonista, empujando hacia la portería de Oblak un Atlético que resistió sin grandes esfuerzos y que incluso disfrutar de un remate de cabeza de Savic y de un disparo desviado de Ferreira Carrasco. Pero de vez ir, de tanto buscar la rendija, recién desprecintar la segunda mitad el equipo alemán encontró el premio del gol en una gran acción que el catalán Dani Olmo acabaría enviando al fondo de la red con la cabeza, conectando un centro de Sabitzer.
Obligado ahora por el escenario, Simeone quiso cambiar el panorama dando entrada pronto a João Felix y el portugués, jugando en casa del eterno rival del Benfica, su club formador, aceptó el reto agitando la noche con mucha soltura y provocando un penalti que él mismo se encargaría de transformar para devolver la calma al equipo colchonero .
Cuando parecía que las fuerzas del Leipzig disminuían, pero, Nagelsmann hizo cambios, oxigenó su equipo y no sólo contuvo la reacción del Atlético sino que dio la puñalada definitiva a la eliminatoria con una llegada arriba de Angelini que, sirviendo el balón atrás, permitió el estadounidense Tyler Adams, desde la frontal, obtener un gol que deja el Atlético fuera del sueño lisboeta.