Ronald Koeman apostó ayer en Kiev por un once inicial con una media de edad de sólo 24 años. Atrevimiento y exigencias del guión. El Barça no jugaba un partido de Champions con un equipo tan joven desde el 6 de diciembre de 2011. Ese día Guardiola salió con un equipo con una media de edad incluso inferior (23) contra el Bate Borisov (4-0 ). Eran otros tiempos. Era el Barça de Pep, era el Barça de Xavi, Iniesta y Messi, era el Barça del sexteto. Aquel Barça llegaba a la última jornada de la fase de grupos ya clasificado y Guardiola tendió la mano a los jóvenes. Pinto, Fontàs, Maxwell, Thiago y Pedro fueron los únicos futbolistas con ficha del primer equipo que fueron titulares aquel día. Guardiola hizo jugar hasta diez futbolistas nacidos en los años noventa. Nueve de ellos, hechos en el filial.
Nueve años después, fue el turno de nombres como Óscar Mingueza, Konrad, Matheus y Riqui Puig. Cuádruple debut en la Champions con el primer equipo del Barça. Guardiola y Koeman comparten filosofía y padre espiritual, pero los contextos de un partido y del otro no tienen nada que ver. Aquel era el mejor Barça de la historia y Guardiola se podía permitir ciertas licencias. Este Barça de Koeman es un Barça en construcción, frágil, hijo del trauma del 2-8 en Lisboa. La baja por lesión de hombres como Piqué, Roberto, Busquets y Ansu Fati, y la decisión de dar descanso a Messi, De Jong, Jordi Alba y Griezmann para tenerlos frescos para la liga, obligaban a tomar decisiones. Koeman las tomó, acertó y los niños y los suplentes respondieron.
El Barça supo madurar el partido. Cocción a fuego lento durante la primera mitad, con mucha posesión y dominio del juego, pero sin crear peligro real. Y en la segunda parte, los goles. El primero fue obra de un Sergines Dest parecer del todo dispuesto a aprovechar el vacío dejado por Sergi Roberto durante los próximos dos meses. Koeman puede estar tranquilo en esta posición. Dest combinó con Pedri, y Pedri lo hizo con Braithwaite dentro del área, y entonces apareció en el juego interior como un cohete Dest, que se llevó el balón y terminó definiendo con un disparo cruzado ante Bushchan (52 ‘ ).
Los dos goles posteriores llevaron el sello de Braithwaite. En la liga no había jugado más de 44 minutos en total, repartidos en cinco ratitos. Ayer, titularidad y doblete. El primer gol llegó desde la pizarra: córner ejecutado por Carlos Aleñá desde la derecha, balón prolongada con la cabeza para Mingueza desde el primer palo y remate del danés al segundo palo (57 ‘). Volvió a marcar desde los once metros en el minuto 70, tras un penalti que Popov había cometido sobre el mismo Braithwaite. Griezmann, gentil, dejó que fuera el danés quien chutara. Antoine acababa de entrar hacía pocos minutos. También él necesita goles para crecer anímicamente, pero no fue egoísta y el karma lo premió. Gol de Griezmann en el minuto 91, victoria por 4-0 y clasificación matemática para la fase siguiente.
Buen partido de Pedri, su último como menor de edad -hoy cumple 18 años-. Partido reivindicativo de Aleñá, buena puesta en escena de Óscar Mingueza como alternativa al eje, partidazo de Dest y luz al final del túnel para Riqui Puig. Mal partido de Lenglet y oportunidad desaprovechada para trincas. Koeman, contento por el resultado. Contra el Ferencváros y la Juve podrá repetir la fórmula y centrar esfuerzos en la liga. Allí la guerra es otra guerra. Domingo contra Osasuna vuelve toda la patum y el equipo está obligado a sumar los tres puntos.