El Real Madrid respira en Champions. Y lo hace con fuerza después de terminar ayer con una sonrisa un partido frenético contra un desinhibido Inter, y permite al equipo de Zinedine Zidane enderezar un rumbo que ha ido de menos a más: una derrota (Shakhtar), un empate ( Mönchengladbach) y finalmente la ansiada victoria, después de ver como el conjunto italiano era capaz de neutralizar un 2-0 parcial y gracias al acierto de un Rodrygo que rescató a su equipo en un momento conflictivo.
Como suele ser su seña de identidad, el equipo de Antonio Conte saltó al terreno de juego de Valdebebas con la clara intención de ser agresivo en la presión y valiente en la salida de balón. A veces incluso demasiado. Y lo pagó bien entrado el primer acto con una pérdida difícil de justificar de un exmadridista como Achraf que la aprovechó Benzema para eludir la salida de Handanovic y marcar a placer.
Ramos, a la salida de un córner, imponiéndose con su categoría habitual, duplicó la ventaja antes del descanso en el que parecía que iba a ser ya una hipoteca excesiva para el Inter. Pero lejos de empequeñecerse, el equipo lombardo reaccionó con inmediatez y Lautaro Martínez, ayer sin su socio habitual Lukaku, replicó aprovechando una asistencia fantástica de Barella de tacón.
Siempre intenso, siempre dispuesto a exigir al Madrid su mejor versión, el conjunto neroazzurro no modificó su conducta después del descanso. Logró neutralizar la ventaja blanco cuando Lautaro ganó la espalda a los centrales del Madrid y sirvió el balón a Perisic, que, con un disparo cruzado, consiguió marcar el segundo gol de su equipo, desatando una fase de partido en el que Inter intimidó más, con Lautaro apareciendo nuevamente y haciendo frotar la pelota con el palo de la portería de Courtois, con un disparo muy ajustado.
Pero cuando parecía que la inercia empujaba el Madrid a un nuevo final difícil de digerir, una buena transición iniciada por Valverde y conducida por Vinicius, acabaría permitiendo a Rodrygo asestar la última puñalada del partido, lo que representó tres puntos de oro para al conjunto de Zidane.