De golpe y porrazo, el Real Madrid perdió el liderato que arrebató al Barcelona la pasada semana en el Clásico. Los de Zidane, desconectados como un equipo que no se juega una liga, ensalzaron a un Betis necesitado que se reencontró con su afición (2-1).
Y eso que el partido empezó con cánticos hacia el palco verdiblanco por una temporada gris. Gris también fue el inicio de un Betis acongojado, más pendiente de las llamas del descenso que del objetivo fijado a inicio de temporada. Pero más indolentes comparecerían los blancos, a verlas venir durante todo el partido, salvo una combustión final de la que no sacó premio.
Tanto arrimó la mejilla el Madrid que los de Rubi empezaron a creérselo. El conjunto verdiblanco no se ha encontrado a sí mismo en lo que va de campaña, pero cuenta con graduados como Canales o Fekir. En cuanto conectaron, el francés armó una volea meteórica que hizo volar a Courtois.
Sería la antesala de algo peor. Fekir, de nuevo en el área, fue derribado por Ramos, levantando a todo el Villamarín, que pidió penalti. Todos menos Sidnei, que, como si la cosa no fuera con él, conectó un zapatazo hacia la escuadra de Courtois. Imparable.
Y gracias pudo dar el Madrid, que se encontró con el penalti del propio Sidnei sobre Marcelo al borde del descanso. Demasiado premio para los argumentos de un Madrid que no apareció. Con todo, Ramos cedió los honores a Benzema, que no falló ante Joel Robles y puso fin a su sequía.
Tello resuelve
Zidane intentó menear el árbol durante el último tercio de partido. Trocó al lesionado Marcelo por Mendy, que se prodigó bastante por el flanco izquierdo. También entró Mariano, por gracia del Clásico, para acompañar a Benzema en la punta de ataque. Incluso Modric fue sustituido por Valverde para añadir músulo en la medular en los últimos compases.
En medio de la fogosidad blanca, Guardado birló un balón a Benzema y lo filtró con maestría para que Tello hiciese el resto. No le tembló el pulso al canterano de La Masía, que aguantó lo suficiente a Courtois para vencerlo por el palo izquierdo de la portería. Y se reencontró con la victoria el Betis, que no pudo tener mejor rival que un Madrid destartalado que está tan lejos del Barça como antes del Clásico.