Lewis Hamilton podrá exigir que levanten un monumento en su honor en Hungaroring. El campeón del mundo logró su octavo triunfo en el Gran Premio de Hungría e igualó así el récord de Michael Schumacher en el Gran Premio de Francia. Acerca de Hamilton, sin embargo, no sólo tenemos que hablar de lo que consiguió, sino de cómo lo consiguió. Sábado hizo la poley rebajó el récord absoluto del circuito, y ayer no sólo dominó la carrera desde la salida hasta la bandera de cuadros, sino que se permitió el lujo de hacer también la vuelta rápida en carrera (1 punto extra) y doblar los Ferrari de Leclerc y Vettel y Red Bull de Albon. Todo ello le sirvió para erigirse en líder del campeonato (63 puntos por 58 de Bottas) antes de afrontar el doble compromiso de Silverstone, al que Mercedes llegará después de exhibir una superioridad insultante.
El héroe del día fue el holandés Max Verstappen (Red Bull), que pasó en menos de dos horas del infierno de un abandono prematuro en el cielo de un segundo lugar inesperado. En la vuelta de reconocimiento, aún con el circuito empapado, el holandés cometió un error: salió de la pista, aplastó el alerón delantero y dañar la suspensión. Los mecánicos del equipo tuvieron que reparar el coche contra reloj sobre la parrilla en una situación estresante. El holandés lo agradeció no sólo con una gran salida en la que adelantó Pérez y Bottas, que se durmió, sino que en la primera parada en boxes -por sacar los neumáticos de lluvia- se colocó segundo, posición que defendió con uñas y dientes ante el ataque final del segundo piloto de Mercedes.
La gran incógnita que tenían todos los equipos era la amenaza de tormenta que sobrevolaba el circuito húngaro. Todos hicieron las vueltas de reconocimiento con neumáticos de lluvia, pero pronto se dieron cuenta que la pista se secaría en un santiamén. Magnussen (Haas-Ferrari) salió de boxes directamente con los slicky eso le valió para situarse tercero cuando todos los equipos entraron a cambiar las ruedas. La principal preocupación de Hamilton durante la carrera, una vez se vio con un colchón de más de diez segundos, fue estar pendiente del cielo y de las gotas que caían. En cayeron cuatro, nunca mejor dicho, y no tuvieron prácticamente ninguna incidencia. Vettel (Ferrari) fue el primero entre los equipos punteros que entró en boxes para poner neumáticos duros y alargarlos hasta el final. La operación le salió bien a medias, porque llegó a encontrarse quinto, pero en las últimas vueltas no se pudo defender ante el ataque de Albon. Lo mismo pasó a Leclerc, que se vio fuera de la zona de puntos en la parte final al ver como el McLaren de Carlos Sainz le pasaba por encima. Problemas graves, de nuevo, para la escudería de Maranello.
El quebequès Stroll (Racing Point-Mercedes), que salía de un inesperado tercer puesto en la parrilla, adelantó Bottas en la salida, pero perdió la batalla por el segundo puesto con Verstappen y más adelante vio como el finlandés le recuperaba posición en el segundo cambio de ruedas. Con todo, no cometió errores y terminó igualando su mejor actuación en un gran premio después del cuarto lugar de Alemania en 2019. El Racing Point, sin embargo, sigue levantando sospechas -y las protestas oficiales de Renault así lo certifiquen- sobre sus similitudes con el Mercedes oficial del 2019.
A cinco de Schumacher
La de ayer fue la victoria número 86 de Hamilton en la fórmula 1, a sólo cinco del récord de Michael Schumacher. La confianza del piloto y el equipo se pudo observar cuatro vueltas del final, cuando decidieron, con unos 25 segundos de ventaja respecto a Verstappen, hacer una última parada en boxes con el único objetivo de poner los neumáticos blandos y hacer la vuelta rápida. Dicho y hecho. Hamilton, a pesar de encontrar tráfico, terminó el gran premio con su mejor vuelta: 1: 16.627.
La próxima cita es la de Silverstone (días 2 y 9 de agosto), justo antes de la del Gran Premio, que se hará en Montmeló.