El Bayern de Múnich, campeón de la Champions, y el Sevilla, campeón de la Europa League, darán el pistoletazo de salida a las competiciones continentales del curso 2020/21 con la disputa de la supercopa de Europa, en una final a partido único. Aunque las fases de clasificación para las competiciones continentales ya hace algunas semanas que están en juego, la supercopa habitualmente significa el inicio de una larga temporada de competiciones entre equipos del continente. El enfrentamiento será de excepción, ya que el escenario, el estadio Puskas de Budapest, podrá dejar entrar un 30% del aforo total del estadio (60.000 localidades).
El Bayern está centrado a alargar su dominio, una vez demostrado que fue el equipo más en forma de toda Europa en el último curso. Los bávaros firmaron un 8-0 en su debut en la Bundesliga contra el Schalke, con lo que amplió a 22 partidos su racha de victorias consecutivas. Es un tramo de temporada muy importante porque en seis días habrá otro título en juego: la supercopa alemana contra el Borussia Dortmund. “Hemos vivido unos meses fantásticos”, dice el capitán, Manuel Neuer: “Somos un equipo que sigue teniendo hambre, con mucha calidad en sus filas y un gran entrenador. Siempre hemos mantenido la motivación en cada entrenamiento, incluso durante los momentos más difíciles de la pandemia “. El entrenador Flick ha reconocido que espera poder disponer de Lewandowski, que se hizo una lesión menor en el partido contra el Schalke.
El Sevilla, en cambio, llega al partido con poca práctica, ya que aún no se ha estrenado en la liga y sólo ha disputado tres amistosos. Además, el técnico Lopetegui no pudo disponer hasta el domingo pasado de Munir, que ha tenido que pasar una cuarentena. “Enfrentarse al Bayern es enfrentarse al mejor equipo del mundo”, dijo Lopetegui: “Tenemos mucho respeto y admiración por ellos pero somos un equipo muy orgulloso, ambicioso y apasionado.” El Sevilla ha repartido 500 entradas entre sus, mientras que habrá 2.000 aficionados del Bayern.