La esperada entrevista a Leo Messi en el programa de Jordi Évole en La Sexta no sirvió para desentrañar sobre su futuro, pero sí para intuir que a estas alturas todavía no tiene la decisión tomada, en espera de cómo termine la temporada y de quien gane las elecciones. Évole buscó el gran titular pero se le resistió. Aunque lo tuviera claro, Messi no lo habría dicho por el bien del equipo y del club. “No sería bueno que dijera lo que haré, y ahora no lo sé.
No tengo nada claro hasta que termine el año. Lo importante ahora es terminar bien la temporada y ganar títulos. Ahora bien, Messi sí soltó algunas pistas en las dos direcciones. Por ejemplo, cuando afirmó que uno de sus deseos era vivir y jugar en Estados Unidos o cuando hablaba de las futuras elecciones en el club.
Messi, según dijo, no ha hablado todavía con ningún precandidato, pero sí cree que lo hará una vez haya nuevo presidente. “Prefiero no definirme con ningún precandidato. Lo que salga se encontrará una situación difícil y no será fácil darle la vuelta todo esto y volver a poner al club donde se merece“. Messi sí tiene algo muy claro, y es que si acaba marchando lo quiere hacer bien para que en el futuro piensa vivir en Barcelona y colaborar con el Barça de una manera u otra una vez esté retirado.
Todo lo que vivió en verano centró buena parte de la entrevista. Messi no se arrepiente de haber enviado el burofax, porque sirvió para oficializar que quería marchar después de haberle dicho más de una vez a Bartolomé, al que acusó de engañar varias veces.
El argentino aseguró que quería irse porque sentía que era el momento de hacerlo. “Pensaba que necesitaba un cambio, que había llegado al final de un ciclo. Sabía que este año sería de transición, de gente nueva, gente joven. Yo quiero luchar por todos los títulos. Sentía que era el momento de un cambio. El anterior presidente filtró cosas para hacerme quedar mal. Fue una decisión muy difícil de tomar, no era fácil sabiendo que como aquí no estaría en ninguna parte. Mi familia no se quería mover”, dijo.