El Athletic Club será el rival del Barça el domingo en la final de Sevilla, después de vencer al Madrid gracias a una buena primera parte en la que los blancos fueron muy a remolque y en el que los goles de Raúl García terminaron siendo definitivos en la semifinal.
Quizás contra un rival que no esperaba, un Athletic muy agresivo y que aceptó el riesgo de presionar por todo el campo, una óptica no siempre habitual en los equipos de Marcelino García Toral, el Madrid tuvo dificultades para sacar el balón desde atrás y para agilizar los su juego. Los vascos, en cambio, optimizar muy bien los errores de Lucas Vázquez para enviar el partido con un 0-2 al descanso. El gallego, primero fallando una entrega, permitió a Raúl García abrió el marcador y después cometiendo un penalti sobre Íñigo Martínez, hizo aún más grande la herida blanca, con el navarro nuevamente convirtiendo desde el punto fatídico.
Obligado a cambiar tendencias en el paso por los vestuarios, el Madrid fue cogiendo temperatura por fuerza e hizo sentir el rigor de una semifinal, con Marco Asensio estrellándose hasta dos remates a la madera y con Karim Benzema aprovechando una dejada de cabeza de Casemiro para superar Unai Simón, llevando la noche de Málaga a un final trepidante, con el punta lionés viendo como le anulaban una segunda diana por fuera de juego y con Sergio Ramos, en su habitual capacidad para invocar la épica, rematando de cabeza cerca del palo del conjunto bilbaíno.
Finalmente, el Athletic, que aún tuvo que sufrir una revisión final del VAR en su área, terminó quedándose con un partido que le permite jugar otra final.