El Real Madrid salió escaldado de Mestalla en una noche para la historia, ya que Gil Manzano le señaló tres penaltis en contra, lo que nadie nunca había hecho en la historia de la liga y que permitió a Carlos Soler sepultar una noche desenfocada del equipo de Zinedine Zidane, muy blando en defensa, y en el que las llegadas de José Luis Gayá fueron uno de los elementos que más inestabilidad generaron en la retaguardia madridista.
Sin Casemiro como principal contrapeso, Zidane entregó las llaves del equipo a Luca Modric y, ante un Valencia fuerza disciplinado tácticamente, consciente de que el rendimiento colectivo debe comandar un equipo sin individualidades, el conjunto blanco fue capaz de empezar de la mejor manera el juego con un disparo desde la frontal de Karim Benzema que, después de colarse entre las piernas de Uros Racic, sorprendió Jaume Doménech.
Pero como ya le suele pasar también al conjunto de Chamartín, se le hace difícil llevar el partido en una sola dirección y en dos acciones aisladas el Valencia fue capaz de cambiar el signo de los hechos, primero con un penalti por mano de Lucas Vázquez con que Carlos Soler, en la segunda después de que Courtois le detuviera el primero y Gil Manzano el haz repetir por invasión del área, terminó neutralizando la ventaja blanco, justo antes de que un rechazo defectuoso de Varane sorprendiera el portero belga del Madrid y enviara los equipos al descanso con el signo favorable al conjunto de Mestalla.
Y lejos de frenar la sangría, el Madrid se vio engullido en una vorágine de acontecimientos que lo acabaron de desubicar, primero con Kang-In Lee estrellando un balón en la madera y luego con dos penales más señalados en su área. El primero por una falta de Marcelo a Maxi Gómez dentro del área y el segundo, tercero del partido favorable al Valencia, por unas manos flagrantes de Sergio Ramos dentro del área. Nuevamente Carlos Soler, ambas veces, completó su hat-trick para dejar el conjunto de Chamartín en una situación extrema, que encima el equipo de Zidane tuvo que gestionar sin Benzema, fuera de combate por unas molestias en el aductor y en un final de partido en el que el Madrid ya no tuvo fuerzas para revertir el signo establecido por un Valencia rebelde que vuelve a poner el técnico del Real Madrid en el centro del debate.