Nos encontramos en el ecuador del calendario futbolístico europeo, esto implica que la lucha por los títulos llega a su fase decisiva. En este contexto los jugadores tienen que dar lo mejor de sí mismos para ayudar a los equipos de cara a un hipotético triunfo final. Este curso estamos viendo como muchos jóvenes futbolistas están explotando, y se están convirtiendo en los referentes de sus respectivos equipos. Encontramos nombres propios, como el de Martinelli en el Arsenal, Grenwood en el Manchester United, Ansu Fati en el FC Barcelona o Jadon Sancho en el Dortmund.
Curiosamente, el rendimiento de Sancho -suma ya una quincena de goles y asistencias- ha quedado eclipsado por el ascenso meteórico de Erling Haaland, el nombre de moda en Europa. Ambos comparten vestuario desde el pasado mercado de invierno, y el Dortmund ha conseguido crear una delantera de ensueño. Una mezcla equitativa entre talento bien administrado y un potencial descontrolado donde no se vislumbra techo.
Haaland se incorporó a la disciplina del Borussia Dortmund a finales de diciembre. El acuerdo entre la entidad aurinegra y el Salzburgo se cerró en 21 millones de euros. Una cifra muy baja teniendo en cuenta los precios que se están pagando por jugadores con un perfil mucho más bajo. Esta misma semana, Martin Braithwaite, delantero centro del Leganés, se ha incorporado a las filas del FC Barcelona después de abonar un traspaso de 18 millones de euros, tres millones menos de los que pagó el Dortmund por la perla danesa. Una cifra referencia que nos ayuda a entender el negocio redondo que ha efectuado el conjunto alemán.
El nuevo delantero centro del Dortmund ya sorprendió por su excelente registro goleador en Europa. Con la camiseta del Salzburgo anotó un total de 8 goles en 6 partidos, no es necesario describir la exigencia que demanda la competición. Se esperaba que su rendimiento en Dortmund fuera ligeramente inferior, sobre todo teniendo en cuenta la aclimatación que necesitan los jugadores con relación a incorporarse a una nueva dinámica de grupo. Pero el jugador ha desmenuzado todos los récords posibles y se ha convertido en el hombre de moda en el fútbol europeo -o mundial-. En su primer partido ante el Augsburgo, anotó un hat-trick en sólo 20 minutos. En el partido siguiente, anotó dos partiendo desde el banquillo. Desde que llegó a Dortmund, sólo ha necesitado 13 disparos a puerta para anotar 11 goles.
Esta pasada semana, Haaland debía pasar una prueba de fuego. La información deportiva estaba monopolizada por la Champions League. La máxima competición internacional genera todo tipo de noticias, debates y previsiones como se muestran en Oddschecker. El Dortmund tenía que hacer frente a uno de los rivales más fuertes de la competición, uno de los equipos que siempre aparecen en la lista de hipotéticos candidatos al título: el París Saint Germain. Se trataba de un día marcado en rojo en el calendario futbolístico, un enfrentamiento que serviría de contrapeso en relación a valorar el rendimiento y el potencial del joven jugador danés. El resultado sorprendió incluso a los más optimistas, ni el presidente de su club de fans esperaba una exhibición individual de tal magnitud. Haaland anotó dos goles ante una de las defensas más experimentadas del panorama europeo. Su segundo gol, de bella factura, hizo explotar las redes sociales, generando un mar de elogios que rara vez se habían generado con relación a un jugador tan joven.
El delantero del Dortmund consiguió que dos de los futbolistas más populares del mundo, como son Neymar y Mbappé, no lograran acaparar las portadas deportivas.
Los dos goles ante el PSG posibilitan que el futbolista acumule un total de 10 goles en la Champions League en la temporada de su debut profesional. El Salzburgo quedó eliminado en la fase de grupos, pero su incorporación a Dortmund ha posibilitado que el jugador pueda seguir ampliando sus marcas personales. Estos 10 goles en 7 partidos lo convierten en el jugador con más goles por partido en toda la historia de la competición.
Sus dos goles ante el PSG no supusieron el único dato destacable que nos ofreció Haaland. El jugador supera el metro noventa de altura, pero es un atacante extremadamente ágil y rápido. En uno de los contraataques del equipo alemán inició un sprint donde recorrió 60 metros en 6,64 segundos. El vídeo ha sido parodiado en las redes sociales, y más allá del apunte cómico, nos enseña su potencial físico.
En total, esta presente temporada ya ha sumado un total de 39 goles en 29 partidos desde que inició la temporada. Recordemos que lo hizo primero con la camiseta del Salzburgo, y actualmente con la del Borussia Dortmund. El resultado final de 2-1 genera una brizna de esperanza de cara una hipotética clasificación del conjunto aurinegro. El PSG deberá hacer frente a sus fantasmas e intentar no naufragar nuevamente en los octavos de final de la competición. Ya lo ha hecho en los últimos tres años, y un nuevo fracaso pondría contra las cuerdas el proyecto creado en la ciudad de París. Recordemos que los dos jugadores franquicia han sido infinitamente relacionados con Barça y Real Madrid. Neymar ya ha hecho carrera en la capital catalana, y no son pocos los indicios que dejan entrever un hipotético retorno. Mbappé, por su parte, es el futbolista preferido por la parroquia blanca de cara a mejorar el equipo. Cristiano ha dejado vacante el puesto de estrella rutilante madridista, y es un caramelo muy gustoso de cara a luchar en un futuro por la consecución del balón de oro.Lejos de los focos mediáticos, y manteniendo un perfil bastante bajo, Haaland va haciendo camino. El Dortmund lo tendrá difícil de cara a retener al joven talento. Pero los últimos años uno de los elementos que han definido al BVB es el de cuna de formación de estrellas mundiales: Lewandowski, Hummels, Gundogan o ahora Jadon Sancho. Sólo el capitán, Marco Reus, se ha mantenido fiel a los colores de su equipo. Haaland deberá decidir: cola de león o cabeza de ratón. Pero esta decisión debe ser pospuesta, de momento, seguirá haciendo historia hasta final de temporada. Queda mucha tela por cortar y muchos partidos de exigencia máxima. Sólo él puede decidir cuál será su techo y cuál será su rendimiento a final de temporada, esperemos que el globo no se desinfle.