Primera victoria de la era Quique Setién ante un Granada que, salvo en los útimos compases, no sufrió demasiado en el Camp Nou. Toda una declaración de intenciones la del técnico cántabro, que llevó a su equipo a una posesión superior al 80%, buscando recuperar estilos del pasado. Pero lo cierto es que no mordió demasiado el Barça, condenado a una circulación estéril en buena parte del partido.
Le faltó profundidad al conjunto blaugrana, y eso favoreció el acomodo del Granada, que salió al Camp Nou a jugar su partido. Y algún susto metió en el cuerpo a Ter Stegen, con un disparo de Etika desde la frontal que se estrelló contra la cepa del poste.
Y eso que Setién movió el árbol. Al menos desde el punto de vista táctico, porque la alineación no distó demasiado a las últimas presentadas por Ernesto Valverde. Ansu Fati entró por la derecha y Messi pasó al centro del tridente, formando como falso nueve en detrimento de Luis Suárez.
Por mucho que cambien los aires en Can Barça, el argentino sigue siendo el mismo futbolista determinante. Ayer lo demostró con su gol, culminando una buena jugada colectiva iniciada por el robo de Riqui Puig. Un futbolista que no contaba para Valverde pero que podría dar alguna solución a este nuevo Barça de Setién.
Expulsión de Germán
Minutos antes del tanto blaugrana, el Granada se quedó con diez por la expulsión de Germán. El central nazarí vio la segunda amarilla tras derribar a Messi. Demasiado rigurosa para algunos, pero suficiente para desequilibrar la balanza en favor de un Quique Setién al que todavía le queda un largo trecho que recorrer si pretende ganar títulos con su nuevo equipo.