Demasiados apuros para Real Madrid y Barcelona en los dieciseisavos de la Copa del Rey. Especialmente este último, que se clasificó a última hora gracias a un doblete de Griezmann después de un partido lamentable. El Madrid, más entero, también sufrió lo suyo ante Unionistas de Salamanca.
El Barcelona apenas compareció durante la primera parte en Ibiza. El conjunto dirigido por Pablo Alfaro maniató a los azulgrana desde el primer minuto. Y en menos de diez minutos, Pere Caballé adelantaba a los suyos tras una buena jugada colectiva.
Dio salida Quique Setién a los menos habituales en la era de Valverde, pero no supieron coger el toro por los cuernos ante un Ibiza que se agolpaba en el área de Neto. A punto estuvo de marcar en dos ocasiones más. Una de ellas, bien anulada por el árbitro al considerar falta de Caballé sobre Lenglet. Otro palo y un paradón de Neto evitaron que el Barcelona se llevase un disgusto al descanso.
Con todo, el Barcelona terminó reaccionando. Al menos Griezmann, que firmó un doblete en menos de veinte minutos para salvar la papeleta de un Quique Setién que está teniendo un estreno mucho más convulso de lo esperado.
Brahim salva al Madrid de un disgusto
Otro que sufrió, aunque de forma moderada, fue el Real Madrid, que saltó al campo de Unionistas con estrellas de relumbrón, tales como Benzema, James o Bale. Este último hasta metió un gol que celebró desganado, sin esbozar ni una sonrisa.
Pero el Unionistas apretó y encontró el empate por medio de Álvaro Romero, que batió a Areola con un golazo de bella factura. Al poco empataría Brahim con un escorzo medio cayéndose, aunque el conjunto salmantino no perdió la cara al partido en ningún momento.
Apretó lo suyo a los de Zidane, que solo encontraron la calma con el doblete de Brahim, que ponía tierra de por medio ya sobre la bocina.